La maternidad después de una pérdida es algo reconfortante que puede ayudarte a sanar tu corazón, lo dice una mamá que aprendió por vivencia personal que después de cada tormenta, sale el sol y un hermoso arcoíris de colores. Soy una mamá venezolana, que actualmente reside en Santiago de Chile, emigré en busca de un mejor futuro para mi familia. Mi camino a la maternidad no ha sido fácil, ni sencillo, pero el amor que Dios siente por mí me ha hecho renacer de las cenizas.
Tuve mi primer hijo, después de 7 años de casada con mi esposo Josué, le llamamos Emmanuel
David, y estábamos muy emocionados por su llegada, pero lamentablemente nuestro bebé sólo duró 2 meses junto a nosotros en casa, ya que durmió para estar junto al Señor.
Mis últimas palabras para él fueron:
Te amo y siempre te amaré.
No fue sencillo el proceso de duelo para mí, aunque nací en un hogar cristiano, me sentía enojada con Dios, el dolor emocional que empecé a experimentar era como sí me desprendieran algo de mi pecho continuamente, fue tan fuerte que comenzó a afectarme física y mentalmente, prefería morir, antes de seguir viviendo ese infierno, sólo quería dormir y no despertarme más, entonces tuve tener que ir a terapia psicológica y psiquiátrica, fue un proceso largo.
En el proceso, la relación con mi esposo de deterioró, a punto de considerar el divorcio, cabe destacar que el 80% de los matrimonios que sufren la pérdida de un hijo se divorcian, debido que no saben manejar la culpa y las emociones, ya que se supone que como padres teníamos el rol de proteger a nuestro hijo y no pudimos. La culpa hace un daño sorprendente en las parejas en duelo.
Acudir al apoyo de expertos en la salud mental y emocional, nos ayudó mucho a entender cada etapa de duelo y a soltar la culpa. Mi esposo y yo nos perdonarnos y decidimos volver a empezar. Poco a poco pude encontrar mi fortaleza interior y despertar la esperanza. Al cabo del tiempo recomendado por los médicos, decidimos intentar otro embarazo, el que logramos en bendición.
El 01 de agosto del 2017, nació mi segunda hija, a quien llamamos Amada Sofía, un milagro de Dios para nuestro matrimonio, y que me ha enseñado a disfrutar la maternidad después de una pérdida. Ella ha llenado nuestra vida de colores y alegría, ella no vino a sustituir a su hermanito, pero sí propuso un renacer de esperanza y paz en nuestras vidas, ha sido un bálsamo y el sello de mi sanidad total. Mis dos hijos me han enseñado que el Amor de Dios es poderoso, ese amor que sana, que todo lo puede y que trasciende hasta la eternidad. Hoy puedo decir que logré transformar mi dolor en amor y decidí ser una mamá feliz.
Mis 7 consejos para disfrutar la maternidad después de una pérdida:
1. Abracen y disfruten a sus hijos.
2. No lleven cargas que no les pertenecen.
3. Revivan la niñez con sus hijos.
4. No se olviden de ustedes mismas, tengan siempre presente que: Mamá feliz, familia feliz.
5. Cultiven el valor de la gratitud a diario.
6. Ignoren a los opinólogos de la maternidad.
7. Sí se casaron por amor, fortalezcan su relación de matrimonio.
¡Eres perfecta para tú bebé!
¡Eres perfecta para tus hijos!
Con mucho Amor: Hulda Tovar.